El proyecto Jakon Nete desarrolla actividades con distintos grupos etarios. Uno de ellos es el grupo de Ashishitxs conformado por niños y niñas de 6 a 8 años. Cada semana se reúnen 2 veces a la semana para las sesiones CreArte que duran alrededor de 1H45. CreArte tiene como propósito fortalecer la autoestima y desarrollar habilidades socioemocionales en los niños, niñas y adolescentes a través del juego y del arte. CreArte se trabaja como un módulo con una temática que comprende de 15 a 20 sesiones. El tema trabajado y la meta propuesta es la misma para todos los grupos etarios, sólo cambian los objetivos que se adaptan a cada grupo etario.
En el caso de lxs Ashishitxs uno de los retos es captar su atención. Los juegos y las distintas formas de arte empleadas ayudan justamente a que lxs niñxs aprendan jugando y puedan de manera creativa, expresar lo que entienden y sienten del tema trabajado. Nos hemos podido dar cuenta de que las rutinas son vitales en el desarrollo de la sesión. Cambian las actividades, pero la estructura de cada sesión sigue una misma trama:
Se empieza por un tiempo de actividades manuales y de juegos “cognitivos” ubicados en “la caja del inicio” como plastilina, rompecabezas, lectura, juegos de la memoria temáticos lo que permite que lxs Ashishitxs estén ocupados, aprendiendo, gestionando, resolviendo mientras todxs van entrando a la sesión. Es un tiempo que suele durar 15 minutos y que permite empezar la sesión en la calma, además de que fomenta aprendizajes y autonomía, ya que son libres de escoger los juegos que quieren. Lxs que no quieren jugar pueden descansar un poco hasta que empiece la sesión. Al terminar todxs deben guardar los juegos en su caja.
Luego, el siguiente momento tiene que ver con un compartir. Lxs niñxs se sienten libres de poder compartir algo que les ha pasado en la casa, en la escuela. A veces es necesario hacer preguntas, si nadie quiere hablar. También es un momento donde se les pide que puedan identificar una emoción. No necesariamente la emoción que sienten en este preciso instante, sino algo que les atravesó recientemente. Se puede incluso trabajar con tarjetas de emociones, a fin de ayudarles en este proceso de identificación de sus emociones y de su origen. Se suele cerrar esta parte cantando dos canciones o rimas.
El tercer momento tiene como objetivo fortalecer lo aprendido en sesiones anteriores. Al no vernos todos los días, muchas veces lo explorado en las sesiones pasadas ha sido olvidado. Este tiempo sirve para refrescar, recordar, volver a explicar con nuestras propias palabras. Muchas veces un juego como la papa se quema, donde quien se quemó tiene que contestar a una pregunta permite de manera lúdica repasar lo aprendido.
Luego de esos 3 momentos iniciales que representan alrededor de 30 minutos, llevamos a cabo las actividades que tienen que ver con el objetivo de la sesión. La última rutina se realiza al finalizar la sesión con la limpieza del espacio, a cargo de 2 niñxs que se rotan.
Esas rutinas tienen varias funciones. Según el psicólogo Zabalza, las rutinas constituyen “Un marco de referencia que, una vez aprendido por el niño o niña, da una gran libertad de movimientos tanto a los niños como al educador: provee una especie de estructuración mental que permite dedicarse y dedicar sus energías a lo que se está haciendo sin pensar en lo que vendrá después.”
Las rutinas también ayudan a lxs niñxs a tener seguridad y confianza en el espacio de las sesiones. Puntos clave para poder aprender. Además, recordemos que viven muchas veces en hogares carentes de límites, contar entonces con espacios con rutinas fuera de la casa les ayuda a desarrollar sus habilidades socioemocionales y fomentar la autogestión. Finalmente, esas rutinas ayudan al desarrollo de la autonomía, al generar espacios para la toma de decisiones, la participación y la resolución de conflictos.
Flore Garcia Bour